La hegemonía del PP en Galicia
La historia del PP en Galicia se remonta a la Transición democrática, cuando se fundó la coalición Alianza Popular (AP), que agrupaba a distintas fuerzas conservadoras y de derecha. AP fue el partido más votado en Galicia en las primeras elecciones autonómicas de 1981, pero no pudo formar gobierno al no alcanzar la mayoría absoluta. En 1982, AP se integró en la Coalición Popular (CP), que incluía también al Partido Demócrata Popular (PDP) y a la Unión Liberal (UL). La CP mantuvo su hegemonía electoral en Galicia hasta 1987, cuando fue superada por el Partido Socialista de Galicia-PSOE (PSdeG-PSOE), que gobernó con el apoyo del Bloque Nacionalista Galego (BNG).
En 1989, la CP cambió su nombre por el de Partido Popular (PP), siguiendo la línea marcada por su líder nacional, José María Aznar. El PP recuperó el gobierno gallego en 1990, tras una moción de censura contra el PSdeG-PSOE apoyada por el Centro Democrático y Social (CDS). El PP revalidó su mayoría absoluta en las elecciones de 1993 y 1997, con Manuel Fraga como presidente. Fraga fue uno de los fundadores de AP y un exministro franquista, lo que le otorgaba un gran prestigio entre el electorado conservador y rural de Galicia. Fraga supo adaptarse a los cambios políticos y sociales de la democracia, y logró crear un partido fuerte y cohesionado en Galicia, con una amplia base social y territorial.
El PP perdió el gobierno gallego en 2005, tras las elecciones más reñidas de la historia autonómica. El PSdeG-PSOE y el BNG sumaron un escaño más que el PP, y formaron una coalición de gobierno. El bipartito duró una sola legislatura, marcada por las tensiones internas entre los socios y por la crisis económica. En 2009, el PP recuperó la mayoría absoluta con Alberto Núñez Feijóo como candidato. Feijóo era un político joven y moderado, que supo renovar la imagen del PP y presentarse como una alternativa solvente y eficaz al bipartito. Feijóo ha mantenido su liderazgo indiscutible en Galicia desde entonces, ganando las elecciones de 2012, 2016 y 2020 con mayorías absolutas.
El PP ha consolidado su hegemonía en Galicia gracias a varios factores. Por un lado, ha sabido construir una identidad política propia, basada en la defensa de los intereses de Galicia dentro de España y en la gestión pragmática de los asuntos públicos. El PP se ha mostrado como un partido cercano a los problemas de los gallegos, capaz de combinar el desarrollo económico con la protección social y ambiental. El PP ha aprovechado también su posición de poder para tejer una amplia red clientelar y mediática, que le ha permitido controlar gran parte de los recursos e influencias en Galicia.
Por otro lado, el PP ha beneficiado de la debilidad y fragmentación de sus adversarios políticos. El PSdeG-PSOE ha sufrido varios cambios de liderazgo y de estrategia, sin lograr ofrecer un proyecto alternativo al PP. El BNG ha experimentado varias escisiones y crisis internas, que le han restado apoyo electoral y social. Los partidos emergentes, como Podemos, Ciudadanos o Vox, no han conseguido arraigar en Galicia, donde tienen una presencia marginal o nula. El PP ha sabido captar el voto de los sectores más moderados y centristas, que no se sienten representados por las opciones de izquierda o nacionalista.
El éxito del PP en Galicia tiene también repercusiones en el ámbito nacional. Por un lado, refuerza la posición de Feijóo como uno de los líderes más influyentes y respetados del PP, y como un posible candidato a la presidencia del Gobierno en el futuro.